No nací para ser la segunda opción de nadie

Hay dos pasajes de mi vida que comenzaron a construir la mujer que soy hoy en día, pero eso ocurrió cuando yo era muy joven e inmadura, y sin mucha experiencia de vida.

La primera fue cuando tenía unos 13 o 14 años y fue en una de mis primeras fiestas de adolescentes. En la baile, me gustaba un joven que no era parte de mi ciclo en la escuela bilingüe a la que asistía. Su nombre era Siddharta, ¡no podía ser más exótico! Pasé toda la noche (que debe haber sido entre 19h y 21h, pero para mí fue toda la noche) mostrando signos de que estaba interesada, y con la complicidad de mis amigas, tenía la sensación de que todo estaba a mi favor... pero volviendo del baño encontré al joven Buda besándose con una amiga mía. Apenas recuerdo su cara, pero no olvidé nunca la horrible sensación que me estaba recorriendo por primera vez: la sensación de no ser elegida.

Poco tiempo después, yo y mi manía de interesarme por los chicos equivocados me fijé en Ricardo, un muchacho mayor que vivía en el mismo barrio que yo y era muy bonito y diferente de otros buenos chicos de mi escuela. En medio de un rodeo en mi ciudad, descubrí que Ricardo quería salir con mi hermana. No recuerdo muchas noches de mi vida, pero recuerdo claramente revivir la sensación de no ser elegida.

Ricardo y mi hermana fueron pareja por casi un año, más a modo de capricho para mostrar como él ganó una disputa entre dos mujeres que por verdadero amor. Con el tiempo se separaron y ese año pasaron muchas cosas para mí. Empecé a ser más consciente de estas situaciones y sobre las relaciones con los hombres y demás. Un día, Ricardo y yo nos encontramos en una fiesta, y adivina qué, quería estar conmigo. Yo estaba allí ante el chico me había gustado tanto, con el que había soñado, por quien había sufrido... y un año más tarde "por fin" había hecho su elección. Vino con el discurso de que había elegido a la hermana equivocada, que yo tenía mucho más que ver con él, etcétera. Todo lo que pensé que quería escuchar, pero cuando lo oí... no sentí nada. Y aunque él no aceptó mi negativa y pidió una explicación, solo pude decir: "Yo no nací para ser la segunda opción de nadie."

Verbalizarlo, ya sea de manera consciente o no, ayudó a construir la autoestima que a menudo no doy crédito que tengo. He aceptado un montón de cosas de los hombres, pero nunca estuve de acuerdo en ser la segunda alternativa, la rueda de repuesto, la sustitución, la otra. Sé que estaba destinada a tener un rol principal y no secundario.

Para mí, el hombre que me elige tiene que ser consciente de que no hay otra como yo. Y que no puede correr el riesgo de perderme. Y también saber cuál es el momento adecuado. No sirve de nada primero revolotear en otro patio y, por comparación, que se dé cuenta que tomó la decisión equivocada.

Así que, amiga, no aceptes que un hombre te deje en la nevera, en un estante, reservada, mientras besa otras lindas bocas y tú lo estás esperando. Nos merecemos a alguien que conoce, con certezas, que no hay tiempo que perder, ya que en la espera, puede venir otro más decidido y descubrir que solo con Carol alcanza, ya que es sensacional.

Carol Maglio es la blogger conocida como Pãozim De Queijo, es productora audiovisual, presentadora de televisión, además de modelo plus size y experta en medios de comunicación social.
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